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Foto del escritorjulieth.molina@latam.consulting

La revolución del futuro

Ante un entorno de cambio continuo, hay dos posibles actitudes: considerarlo como una amenaza o como una oportunidad.

El objetivo de la robótica y de la inteligencia artificial será actuar de asistentes de los seres humanos para las tareas más rutinarias y peligrosas, o para funciones en las que están mejor preparados que nosotros, como el análisis de grandes cantidades de información.


Es así como, la robótica forma parte de esta revolución industrial que está avanzando a pasos agigantados. La implementación de máquinas que reemplazan al ser humano en la cadena de la producción es una realidad y, a medida que transcurran los años, tomaran una mayor presencia por sus ventajas en forma de incrementos de producción y reducción de costes, precisión.


Actualmente, nos encontramos en la revolución 4.0, la trasformación digital es la revolución industrial de nuestros días, estamos viviendo un momento histórico similar a los que se vivieron en anteriores revoluciones tecnológicas, cuando las nuevas tecnologías de sus respectivas épocas propiciaron profundos avances en la sociedad y en la historia de la humanidad.


Esta trasformación digital supone una reinvención de las empresas, de las instituciones públicas y de la sociedad en general, gracias a un uso más eficiente e inteligente de la tecnología digital. En un tiempo como el que estamos viviendo, de continuo cambio, las empresas y organizaciones de cualquier sector deben estar preparadas para superar los retos que conlleva esta nueva revolución y aprovechar sus oportunidades para la proyección de una sociedad digital.


Esta revolución digital se está reflejando también en la forma en que trabajamos; tradicionalmente, los robots se han desplegado para ejecutar tareas rutinarias y repetitivas, que requieren una programación compleja para su programación para su configuración e implementación, y carecen de la agilidad para ajustar fácilmente las operaciones. Pero en el transcurso de los años, a medida que los robots autónomos se vuelven más sofisticados, los tiempos de preparación disminuyen, requieren menos supervisión y son capaces de trabajar de forma más autónoma.


De esta forma, los beneficios se expanden a medida que los robots son más independientes y son capaces de trabajar las 24 horas del día con niveles más constantes de calidad y productividad, realizando tareas que los humanos no pueden, no deben o no quieren hacer.





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